Peña Montañesa 2295 m.

Este punto marca el inicio de la ruta normal a la cima y añade un valor histórico al recorrido.

Desde el monasterio (1.150 m), el sendero se adentra en un bosque mixto de pinos, encinas y boj. Pronto se gana altura con rapidez, cruzando laderas empinadas hasta salir al claro y alcanzar la base de la gran pared rocosa. A partir de aquí, la subida alterna entre tramos de senda bien marcada y otros más expuestos, siguiendo la amplia loma suroeste que da acceso a la cima.

El tramo final es aéreo, aunque sin pasos técnicos, y permite disfrutar de vistas espectaculares sobre los macizos de Posets y Cotiella, así como de toda la depresión del Cinca y el embalse de Mediano. Desde la cumbre, el paisaje es sobrecogedor, con el Pirineo emergiendo al fondo como una muralla natural.

La bajada se realiza por el mismo itinerario. Esta ascensión requiere una buena forma física por el desnivel (unos 1.150 metros acumulados) y cierta experiencia en senderismo, ya que el terreno es irregular y en algunos tramos puede resultar exigente.

Aunque no es una montaña técnica, la Peña Montañesa impresiona por su volumen y por el ambiente que transmite. Es una ascensión ideal para montañeros que buscan una cima de carácter, con vistas abiertas y una conexión directa entre historia, cultura y naturaleza.